Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

28 de junio de 2016

LO MISMO QUE CUANDO VUESTROS HIJOS NO QUIEREN COMER LES OBLIGÁIS PARA QUE ESTÉN BIEN ALIMENTADOS, LO MISMO EN LAS COSAS DEL ALMA



Hijos de Dios, viene el tiempo de estío y ahora os relajáis aún más de lo que estáis el resto del año. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

No solo dejáis los compromisos espirituales que a lo largo del año tenéis, sino que muchos de vosotros no vais ni siquiera a Misa los domingos. ¿Qué os parece si os hicieran eso en el pago de las nóminas? ¿Os gustaría que no la cobraseis por ser tiempo de vacaciones? El culto a Dios debe ser continuado y estable. No puede estar condicionado a los cambios de estaciones, de ánimos, ni a las pruebas que os sobrevengan. Debe ser fijo, y tanto si os mueve el sentimiento como si no, el culto a Dios debe ser firme y sólido.

No podéis tomaros vacaciones en las cosas de Dios ni en los Mandamientos. No podéis decir hoy no me apetece ir a Misa porque estoy muy cansado o tengo mucho calor. A Dios hay que amarlo y darle lo que le corresponde por encima de nuestras limitaciones, ganas o desganas y sobre todo por encima de las circunstancias. Y si vosotros en el trabajo cumplís con ello y vais a trabajar a veces con dolencias o malestar, a Dios se le debe dar culto en todo momento, y los primeros en beneficiarse seréis vosotros, porque Su gracia será fluida constantemente. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

Esto va también para las madres que no mandan a sus menores a la Iglesia a la celebración de la Santa Misa. Ellas no van y encima impiden que sus niños lo hagan. No podéis educar de esta manera a los menores porque los hacéis vulnerables a las cosas que son necesarias en esta vida y que no tienen que depender ni del estado de ánimo, ni de las circunstancias.

Inculcad a vuestros hijos la responsabilidad en todo, y recogeréis buenos frutos, pero si los inculcáis a la vagancia, a hacer las cosas por las ganas que se tengan de hacerlas y no porque deben ser hechas por deber hacia Dios, entonces estáis educando muy mal a los chicos, que se harán hombres y mujeres veleidosos ante las adversidades de la vida.  Y lo mismo que cuando no quieren comer les obligáis a que tienen que estar bien alimentados, lo mismo en las cosas del alma, porque a vosotros padres y madres se os pedirá estrecha cuenta de cómo educáis a vuestros hijos. Yo, Espíritu Santo, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.







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